Son cansancio y fatiga, inflamación y
pesadez en la mama, enrojecimiento y sequedad en la piel (como después de una
quemadura solar), que suele desaparecer tras seis a doce semanas. La acción de
estos aparatos suele estar muy focalizada de manera que sus efectos suelen ser
breves y, generalmente, bien tolerados. Una buena combinación de descanso,
actividad física y prendas delicadas pueden atenuar estas molestias. Las
células no tumorales también son sensibles del mismo modo a los efectos
radioterapéuticos, por lo que lo que en la mayoría de casos también resultan
afectadas por este tratamiento. Ya sean en zonas locales focalizadas o a la
hora de efectuar una radiación con mayor margen. Esto tiene como efectos
secundarios la muerte del resto de células plasmáticas (glóbulos blancos) no
cancerígenas de otras partes del organismo. Crea una inmunodeficiencia
realmente importante, provocando una exposición mayor a infecciones y hace que
la recuperación del paciente sea lenta.
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